Uno de los protagonistas es un macarra con pocas luces enamorado de una chica con menos luces que él que a su vez está enamorada de otro estudiante que vive en un mundo en el que las chicas tienen la misma relevancia que los mosaicos de un cuarto de baño. El macarra tiene vena mangaka y al pirao de la vida le gusta ir disfrazado de tortuga. Pero no son los únicos personajes que aparecen en la serie: hay muchas chicas con gran pechonalidad, mayordomos, hentakus (me lo acabo de inventar: otakus del hentai), luchadores de artes marciales, más triángulos amorosos, y un largo etcétera.
La serie es una continua batería de risas (tanto la primera como la segunda temporada). Aunque se la podría encasillar como “comedia de instituto” el listón de cachondeo y exageración de School Rumble lo ha puesto bastante alto. Me ha encantado y la recomiendo a cualquiera que quiera pasar unos buenos ratos. Gracias de nuevo al gran proveedor, Flash :)
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