Llegué a Dublín el jueves pero hasta hace unas horas no he parado. Parece que haya pasado una semana. A continuación algunas de las escenas que vi el viernes durante un viaje en autobús con que nos obsequiaron:
La guía nos explicó que la razón de que muchas puertas sean rojas viene de un suceso que ocurrió hace muchos años. Un afortunado irlandés que volvía a casa borracho se equivocó de puerta, se metió en la casa equivocada, se acostó con la mujer equivocada y no se dieron cuenta ninguno de los dos hasta la mañana siguiente. Para evitar que la situación se volviese a repetir la mujer decidió pintar la puerta de rojo para que el hombre, aunque fuese muy borracho, no se volviese a equivocar de puerta.
Entre lo de las puertas, Molly y el cuadro de una mujer desnuda que hay en la habitación de mi residencia temporal tengo la impresión de que los irlandeses son gente muy sana.
Tras el viaje en autobús nos fuimos a tomar algo y al volver a casa pasamos por las oficinas para echar unas fotos:
Entre la gente del grupo completo hay un medio-japonés medio holandés, alemanes, españoles, un portugués, un judío, noruegos, un eslovaco, un indio y un italiano, y cada uno con su historia particular. Ya os contaré qué tal, de momento me toca seguir buscando un piso donde vivir, acostumbrarme a la lluvia y acabar la documentación del proyecto fin de carrera.