Después de estar enfrascado con tanta tecnología, tantos proyectos y tantos edificios a diario el mero hecho de entrar en contacto aunque solo sea ligeramente con la naturaleza en una soleada tarde como la que hizo el viernes es como volver a ver a un viejo amigo. Tanta luz, tanta resolución, tanto espacio abierto, ¡árboles que no están escuálidos!
Al volver a casa y encender el ordenador sentí como si volviera a una cárcel. En cuanto pueda me voy a vivir al campo o a un sitio con una representación considerable de naturaleza cerca.
Gracias por enseñarme un lugar a 12 minutos de mi casa que no conocía Al. :)